En el mundo de la la metodología BIM, la interoperabilidad y la comunicación entre diferentes plataformas son esenciales para el éxito de cualquier proyecto. Aquí es donde entra en juego el formato IFC, una herramienta clave para asegurar que los datos de un proyecto puedan ser compartidos y utilizados por diversas herramientas de software.

¿Qué es IFC en BIM?

El formato IFC (Industry Foundation Classes) es un estándar de datos abierto que permite la interoperabilidad entre diferentes softwares de modelado BIM (Building Information Modeling). Es un formato neutral, desarrollado por buildingSMART, que facilita el intercambio de información de un proyecto sin depender de una única plataforma o software.

Gracias al IFC, los equipos pueden trabajar con distintas herramientas BIM y mantener la coherencia y precisión de los datos en todo momento.

Beneficios del IFC

El uso de IFC en proyectos BIM ofrece múltiples beneficios, entre los cuales destacan:

• Interoperabilidad. El IFC facilita la colaboración entre diferentes plataformas y programas, lo que permite que arquitectos, ingenieros y contratistas puedan intercambiar información sin preocuparse por la compatibilidad de software.
• Transparencia y acceso a datos. Al tratarse de un formato abierto, cualquier profesional puede acceder a la información del proyecto, incluso si no utiliza la misma herramienta de software.
• Estandarización. Al ser un formato estándar internacional, el IFC asegura que los datos sigan un formato uniforme, lo que mejora la calidad de la comunicación entre las partes involucradas.
• Escalabilidad. El IFC permite que grandes volúmenes de datos estructurados se transfieran de forma eficiente, lo que resulta especialmente útil en proyectos complejos con múltiples disciplinas involucradas.
• Ahorro de tiempo. Al reducir los problemas de compatibilidad entre plataformas, se evita la duplicación de esfuerzos y se mejora la productividad de los equipos.